domingo, 21 de septiembre de 2014

AMNESIA




Ayer me quedé en casa. Me sentía vaga, sólo quería estar tumbada en el sofá y dejar que pasara el dia, disfrutando de la paz y la tranquilidad de la soledad.
Vi la tele haciendo zapping y viendo trocitos de esas películas típicas de las tardes de los fines de semana. Pero aún así, en algo que consideraba un rollo, surgió una idea que me hizo reflexionar.
En una de esas películas,  un actor, no me preguntéis quien, dijo una frase que me impactó. Dijo: deberíamos abandonar nuestra identidad de vez en cuando.
Se trataba de un hombre que había perdido la memoria tras un acccidente en un velero y fue salvado por una mujer en la playa.
No recordaba su pasado, por lo que se sentía libre. Más libre que un niño,  pues sabía vivir en este mundo. Libre de emociones y pesos que le anclaban al pasado y a su densidad. Esa persona se volvió a enamorar. Descubrió la vida como si nunca la hubiera vivido y disfrutó plenamente.
Imaginé cómo sería mi vida si me pasase algo así. En un extremo sería doloroso si olvidasemos a las personas que amamos y nos aman. Pero, si abrimos nuestras mentes, podríamos aceptar la posibilidad de ser libres de nuevo. De despertarnos libres y valorando el aire que respiramos.
No sintáis que, para mi, la mejor opción sería olvidar el pasado. No es cierto. Gracias a lo vivido estoy donde estoy, y lo agradezco infinitamente, pues me ha hecho consciente de la Vida. Como cuento, como sueño, sería una aventura volver a empezar sin recuerdos ni lastres. Pero, en realidad, me quedo con mis pasos, con todo lo sufrido.
Os lo comparto, simplemente, para que nos demos cuenta de como permitimos que nos ate un pasado que no existe, y lo que se espera de nosotros es que nos permitamos vivir libres cada instante mágico. Cada instante único.

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