Hace una semana, el sábado, me inicié como terapeuta y maestra del Reiki Kármico.
En el proceso que he vivido, me he dado cuenta del peso que el karma tiene en nuestras vidas. De esas memorias que traemos para ser trascendidas y sanadas.
Siempre he sido consciente del karma, de algo que traemos de otras vidas, pues como almas viejas, hemos vivido por eones de tiempo.
Pero nunca tuve esa sensación de castigo, de culpa, de "mal karma" que hay que pagar.
Para mi toda situación, buena o mala, trae consigo una vivencia, un aprendizaje, una evolución como persona. Una evolución del alma.
Que aprendamos con situaciones límite es algo que en mi sentir, espero que cambie con la evolución del ser humano. Pero creo que nadie puede poner en duda, que cuando más aprendemos es con el dolor y la pérdida. Con esas situaciones en las que nos sentimos perdidos, o que nuestras vidas se derrumban.
Que poco apreciamos los detalles cuando todo nos va bien. Los días transcurren sin que seamos conscientes. Nos sentimos seguros, invencibles.
Pero algo ocurre, y de repente, perdemos. Un trabajo, la salud, una relación, una persona querida. Y es en ese preciso momento, cuando somos realmente conscientes de lo que eso significa.
Con la salud es algo muy fácil de sentir con todo nuestro ser. Nos damos cuenta de todo lo que hacíamos. Valoramos hasta el más mínimo paseo, o tarea, que realizábamos ya de forma totalmente automática.
Y es ahí cuando valoramos la vida. Valoramos lo que perdimos, pues llega un momento en que todo nos parece que está ahí para nosotros, y por toda la eternidad. Y no es así, a la vida hay que honrarla y a todo lo que nos ofrece amarlo. No somos dueños de nada ni de nadie; disfrutamos del regalo. La Vida siempre se abre camino. Es la mayor fuerza que existe. Pero cómo olvidamos agradecer y admirar ese milagro, esa belleza perfecta.
Mi experiencia con el Reiki Kármico fue especial. De los reikis en los que me he iniciado, ha sido casi tan especial como con Shambhala.
Es un reiki que remueve capas y capas de historia. Es acojedor y balsámico. Eres Tú, tu herida y tu sanación.
Fue hermoso, pues os confieso que casi en ninguna sintonizacion que he realizado, he sentido algo en particular. Pero fue la primera vez que practiqué una maestría y el iniciar a alguien fue mágico, pues sentí algo nuevo. Otras energías, otra unión que como terapeuta.
Fue un gran regalo y un gran descubrimiento, pues ya con el tiempo de trabajo personal que llevo, reconoci que sigo removiendo. La evolución no termina. En cada plano existe que mejorar, qué trascender.
Es sencillo y potente. Es amable y directo. Valiente y decisivo. Amor y abrazo. Un nuevo viaje a todas tus memorias. El viaje de siempre como alma en este plano.
Una experiencia de amor propio, de auto-valoración y reconexion.
Una experiencia de vida, de quien eres y serás. Eres tú, antes y después; en pasado y en fututo. Es el amor del perdón, de soltar, de revivir. Un renacimiento de fuego. De tus cenizas renace tu ser libre de culpas, de temores y ataduras.
Es como empezar de cero, no olvidando, si no trascendiendo.
Eres quien eres por todo lo vivido, bueno o malo? siento que ya no tiene sentido. Eres tú, y ese tu se deshace de su sombra. La ilumina con su luz y esa luz no pierde brillo, al contrario!!! todo brilla.....resplandeces e iluminas!!!!!!!
Empiezas otra etapa del camino, pues este reiki es distinto. Sencillo, amable y rotundo. La fuerza del dejar atrás, del liberar y sanar.
Así que gracias, dios diosa, a mi luz y mis amigos.
A vosotros muchas gracias!!!
gracias por seguir guiando mi camino.
Y ahora, sólo os pido que pueda ayudar con ello,
a toda aquella alma que se presente a mi encuentro.
Es Amor, amor eterno.
No lo olvides!!! por favor, creételo.
Pues con este reiki volverás al origen,
a quien eres, a ser Tú.
Es como volver a nacer, sin olvidar lo vivido.
Y por ello, gracias gracias!!! por este regalo divino.
