domingo, 22 de febrero de 2015

TODOS SOMOS ALEGRÍA




Recuerdo que cuando "empecé" mi despertar, me llamó mucho la atención, que una de las principales bases de la espiritualidad fuese el sentido del humor, la alegría.
Soy muy alegre. Nunca he dejado de reir, ni en mis momentos más complicados, y no me imagino mi vida sin una sonrisa.
Y ahí estaba yo, empapándome de información, de libros y libros, canalizaciones, talleres....de todo lo que caía en mis manos, o aparecía en mi camino. Como principio, como primer peldaño, la autoestima y la alegría.
La autoestima vista como amarse y aceptarse a uno mismo, el perdonarse, el ser amable, el dejar de enjuiciarnos y criticarnos, pues muchas veces somos increíblemente crueles con nosotros mismos,  con nosotras mismas.
Luego venía la alegría y yo me imaginaba a seres de luz riéndose, o contándose cosas graciosas, y me descolocaba totalmente.
Siempre he reconocido que gracias a la mente tan racional que tengo, me costó "entender" todo este mundo, si me permitís llamarlo así. Después de infinitos cabezazos, bajé mi centro y decidí sentir en vez de entender y el puzzle comenzó a armarse. Pero costó, cómo costó!!! Y ahí estaba con la imaginación desbordada.
Con la perspectiva que nos da el tiempo y sobre todo la altura, el ver más allá, me he dado cuenta, siento, que el Amor tomado como Luz, como lo que realmente somos y a lo que nos dirigimos, es pura alegría. Simplemente eso.
Pensad en cuando estáis contentos,  o cuando os reís con ganas, u os sentís tan a gusto y agradecidos y felices, que una sonrisa  se dibuja en vuestros labios. Ese es el estado angelical, divino, como queráis llamarlo.
Ese momento, ese instante en que todo dolor o preocupación o dialogo interior, desaparece. Ese momento,  ese instante en que lo único que experimentas es la felicidad de estar vivo, la conexión con todo. Todo brilla, todo huele. Hasta los colores se transforman en música y aromas. Te ríes y el cuerpo se relaja. Sonríes y todo se expande.
Si que es necesaria la alegría para encontrarse con uno mismo,  con una misma, pues si todo lo que ocurre a tu alrededor lo miras a través de sus ojos, alcanzarás esa altura, esa visión.
Y claro que suceden dificultades,  enfermedades,  preocupaciones,  muertes. Pero ahí está el cómo decidimos vivir nuestra realidad. Desde qué perspectiva. Si desde la dualidad de lo "bueno o malo", o desde la unidad de la experiencia humana. Estamos aquí para experimentar,  y la enfermedad es una experiencia y como tal, trae sabiduría.
Nuestro estado natural es el de la profunda alegría de vivir, saborear, tocar....  Utilicemos nuestros sentidos corporales desde esa altura. Utilicemos nuestros sentidos divinos. Aprendamos a reconocerlos y a despertarlos. Recuerda quien eres.
Somos experiencia, y como experiencia, el juego de la Vida es diversión, es paz, es tranquilidad, entusiasmo, ayuda, compañía, amor, abundancia....
Ríe con el corazón y tu verdadera naturaleza se presentará ante ti, sin eso "feo" o "malo" que creemos que tiene la vida.
Y sentirlos reirse, es el más hermoso y mayor regalo que podría haber recibido.
Claro que se ríen!!!!!!! y su risa te expande el corazón.

Que una bella sonrisa nunca desaparezca de vuestras amadas caras...

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