EL MAGO

Gracias por permitirme darte un Reki...


Erase una vez un mago, de esos de los cuentos, de esos sabios que tenían dones.
Los desarrolló durante tiempo, durante mucho mucho tiempo, sobre ésta, su Tierra. Vida tras vida fue experimentando,  viviendo diferentes personalidades,  poniéndose en muchos  y distintos  papeles.
Cada película que interpretó le dejó memorias que hicieron que sus dones se desarrollaran más y más,  pero también fue disminuyendo su confianza, su entendimiento de cómo las cosas ocurrían de aquella manera a su alrededor. Sus ideales nunca tambalearon, pero atormentaban alma tan sensible.
Dejó de conocerse con toda su grandeza. En su interior sabía,  pero  su exterior lo confundía. No era capaz de manifestar su realidad, sus verdaderos sueños, aunque tantas vidas le habían convertido en un superviviente, en un creador.
Era válido, bello, callado; con silencios que comunicaban. Se expresaba a través de otros, de aquello que creaba, pues ahí se dejaba fluir, sin resistencias, sin el día a día que podía atormentarlo. Se convirtió en contador de historias, en contador de sentimientos. Ahí encontró su dejarse Ser.
Pero aún así algo no encajaba, y esa pieza siempre faltaba. Una clave, una llave que consiguiera conectarlo con lo que realmente era. Pero tampoco en ella creía. Era aventurero, solitario y comunicativo. Era extremos bien diferenciados. Poseía la magia de la luna y el encanto de las aguas. Sabía abrazar y cuando sonreía, su alma brillaba.
Era en esos breves momentos, cuando algo en él se diferenciaba. Sus dones se mostraban y desprendían una sagrada antigüedad.
Sentía cosas y todo lo razonaba y así se perdía. Podía volar, pero cómo era eso posible?  Podía ver, pero no se daba cuenta. Podía pasar a otros planos, pero ni buscaba  la puerta. El terror lo atraía y el terror lo apartaba. Cómo comprender algo para lo que la mente no está preparada? por qué seguir  preguntándose la razón?
Le costaba dejarse llevar, pues simplemente no lo recordaba. Era un alma libre,  un ciudadano del mundo. Era un alma sensible,  en profunda conexión con las estrellas.  Era un alma noble, en profunda unión con Gaia.
Y así disfrutaba de una vida, y hacía disfrutar a todo aquello que le rodeaba. Si te acercabas y cerrabas los ojos, sentías todo lo que en él se escondía. Todo un huracán de emociones y sentimientos. Nunca se rindió, imposible!!! Bajaba pero subía,  y al estar arriba volvía a descender. Pero todo lo que en él latía,  siempre le permitió avanzar. Cada día mejor que el otro. Cada instante más sabio, aún en su ignorancia.
Su naturaleza le llamaba, pero creía que tenía que entrar en un mundo al que no le apetecía,  pues era un gran defensor de su espacio. Alma independiente,  nada hay que cambiar!!! se puede ser lo que uno es en cualquier función, con cualquier papel. Tu vida no tiene por qué cambiar para vivir a través del alma. No es una cuestión de hacer, sino de Ser. Y ahí tenía la clave para esa Paz que tanto ansiaba. Cómo iba  a vivir en paz estando en conflicto consigo mismo. Alegraba por donde pasaba. Su ternura te envolvía, y si eras un ser consciente, te abrumaba. Transmitía la paz que el mismo no sentía,  que te hacía querer compartir con él. Querer estar en este plano. Que bien manejaba ambos planos, el etérico y el carnal. Ahí estaba su libertad y ahí estaba su prisión. Pero esa alma indómita era necesaria. De esos seres humanos que se respetan a si mismos, que encuentran la manera de no defraudarse, aunque esos sentimientos de duda apareciesen. Era de esas almas que respetan, que te ven. Nunca podría enjaularse, pues los barrotes no están hechos para él,  perdería el aire. Que vuele libre siempre en compañía. Que esa melancolía tan suya siga haciéndonos sentir, y que, paso a paso, su camino se abra ante él,  con esa confianza que le flaquea, con esa gran sonrisa que nos hace soñar. Sabe acariciar.
Fue, es y será un gran mago.....